Querida familia antoniana.
El Adviento nos invita a sintonizar con esos gritos, a veces callados, otras veces explícitos, que expresan los más hondos deseos humanos de Cercanía frente a la distancia, Consuelo frente al desconsuelo, Gozo frente a la tristeza o amargura, y presencia frente a soledad.
El Adviento nos invita a sintonizar con esos gritos, a veces callados, otras veces explícitos, que expresan los más hondos deseos humanos de Cercanía frente a la distancia, Consuelo frente al desconsuelo, Gozo frente a la tristeza o amargura, y presencia frente a soledad.
Sólo si somos capaces de ponernos a la escucha de esa esperanza de salvación podremos celebrar en plenitud el misterio de la Navidad.